Primero hicimos un listado con todas las parejas extrañas que se nos ocurrieron y después tocó inventar historias donde aparecieran algunas de esas parejas. A continuación podéis leer algunas:
Un día un caco fue al váter, pero su hermano ¡no había estirado la cadena! y hacía una peste tremenda. Cuando fue vio una caca y se enamoró de ella. Meses después tuvieron un hijo llamado Vateco, va de váter y co de caco. Vateco tenía carne marrón y pegajosa como una caca y era el mejor ladrón del mundo, como su padre el caco. Cada hora el caco robaba 1.000 euros y mucho oro para Vateco.
(Silvia Albert)
Una noche una libra y un libro me invitaron a una fiesta. Allí había un cigarro acompañado de una cigarra, el cuadro no encontraba compañía y rato después encontró a una cuadra y la cuadra se enamoró. Cuando vieron que eran muy felices se casaron y todos bailaron. El libro bailaba y bailaba y no caía y la libra caía todas las veces. El cuadro caía y caía porque no sabía baiar y la cuadra se hizo mal en la pierna y había gente que no bailaba.
(Nahika Prats)
Un día fui a una fiesta donde había parejas extrañas; había una cuadro y una cuadra bailando y la cuadra tenía un caballo dentro que dormía con una caballa. Había un cigarro con una cigarra, y el cigarro cada vez se hacía más pequeño y le quemaba a la cigarra. La cigarra se giró, le pegó una bofetada y le tiró al suelo. Luego, resulta que había un ojo y una hoja, también había una cera de pintar un un cero; la cera fue corriendo a por la hoja, la atrapó, dibujó un árbol y se fue. Al cabo de un rato se acabó la fiesta. Al día siguiente fui y la hoja estaba llorando y cogí la goma, lo borré y volvió a ser feliz.
(Joham Moreno)
Un día había un caballo y una caballa que iban a casa del cuento y la cuenta. Por el camino se encontraron con el marco y la marca y decidieron ir juntos. Cuando estaban dentro oyeron el timbre, eran el cero y la cera que también habían decidido ir. Un poco después recibieron una carta de la boda del marco y la marca y fueron corriendo. Allí fueron todos muy felices con la fiesta.
(Lidia Borrás)
Una noche una libra y un libro me invitaron a una fiesta. Allí había un cigarro acompañado de una cigarra, el cuadro no encontraba compañía y rato después encontró a una cuadra y la cuadra se enamoró. Cuando vieron que eran muy felices se casaron y todos bailaron. El libro bailaba y bailaba y no caía y la libra caía todas las veces. El cuadro caía y caía porque no sabía baiar y la cuadra se hizo mal en la pierna y había gente que no bailaba.
(Nahika Prats)
Un día fui a una fiesta donde había parejas extrañas; había una cuadro y una cuadra bailando y la cuadra tenía un caballo dentro que dormía con una caballa. Había un cigarro con una cigarra, y el cigarro cada vez se hacía más pequeño y le quemaba a la cigarra. La cigarra se giró, le pegó una bofetada y le tiró al suelo. Luego, resulta que había un ojo y una hoja, también había una cera de pintar un un cero; la cera fue corriendo a por la hoja, la atrapó, dibujó un árbol y se fue. Al cabo de un rato se acabó la fiesta. Al día siguiente fui y la hoja estaba llorando y cogí la goma, lo borré y volvió a ser feliz.
(Joham Moreno)
Un día había un caballo y una caballa que iban a casa del cuento y la cuenta. Por el camino se encontraron con el marco y la marca y decidieron ir juntos. Cuando estaban dentro oyeron el timbre, eran el cero y la cera que también habían decidido ir. Un poco después recibieron una carta de la boda del marco y la marca y fueron corriendo. Allí fueron todos muy felices con la fiesta.
(Lidia Borrás)
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